Oír al Señor
La sordera casi siempre es la causa de la mudez. En la mayoría de los casos, una persona sorda también es muda. Esto se debe a que lo que hablamos se basa en lo que oímos. Un niño aprende a hablar al oír a los demás, y con el tiempo, habla lo que oye, o sea que un niño aprende a hablar escuchando.
¿Sabe usted por qué hablamos con dificultad en las reuniones? Porque somos descuidados para escuchar al Señor. Si somos más cuidadosos para oír, espontáneamente hablaremos con más facilidad. Necesitamos escuchar al Señor continuamente. Si lo hacemos, la Palabra penetrará en nuestro ser y podremos hablar con fluidez. Muchos no pueden hablar bien debido a que no oyen como se debe. Si escuchamos diligentemente la Palabra de Dios, con el tiempo ésta llegará a ser lo que expresamos. (Is. 35:6, 50:4-5)