El desorden nos perjudica
Hace varios años un hermano me acompañó a las Filipinas. Cierto día unas hermanas asearon el cuarto de ese hermano, y se llevaron una mala impresión ya que ese cuarto era un desorden. Encontraron un calcetín en una taza sobre el escritorio. Al hablar con ese hermano le dije: “Somos obreros del Señor. ¿Cómo puedes trabajar para el Señor siendo tan desordenado?”. Si somos descuidados en nuestro modo de vivir, también lo seremos al estudiar la Biblia. Un nuevo hombre debe ser renovado, regulado y corregido.
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Apuntes de publicaciones de Living Stream Ministry.
Al dejar de trabajar, debemos limpiar nuestro escritorio y dejar todo en orden. Dejar nuestro escritorio desarreglado es señal de que todavía estamos en vejez; debemos ser renovados. Un hombre renovado no debería vivir de esa manera.
¿Por qué nos comportamos de manera incorrecta?
Todos nuestros errores pertenecen a nuestra vejez, y es porque somos viejos. Un hombre nuevo nunca se comporta de manera incorrecta. Un hombre nuevo siempre es amable, delicado y cuidadoso, especialmente en sus relaciones con los demás.
Incluso con respecto a nuestra habitación, debemos aprender la lección de mantener todo en orden. Para experimentar una adecuada renovación y así crecer en vida, tenemos que ser muy cuidadosos.
Incluso con respecto a nuestra habitación, debemos aprender la lección de mantener todo en orden. Para experimentar una adecuada renovación y así crecer en vida, tenemos que ser muy cuidadosos.
A menudo, después de pasar un buen tiempo con el Señor en oración, nos volvemos cuidadosos. El tiempo que pasamos con el Señor nos restringe. Si no oramos, podemos ser descuidados y rudos. En cambio, después de orar no tenemos paz para hacer ciertas cosas. Esto está relacionado con nuestra experiencia. Nuestro crecimiento en la vida del Señor puede verse en lo cuidadoso que seamos. Ser muy burdo o muy apresurado al hacer las cosas no corresponde con la vida del nuevo hombre.
Notas del libro: El Espíritu con nuestro espíritu. (W. Lee)