Por experiencia, he aprendido que nuestra vida de oración puede verse afectada por nuestro estado de ánimo. Si no hago nada por conservarme en un buen estado de ánimo, mi vida de oración es puesta a muerte. El enojo siempre destruye nuestra vida de oración durante cierto tiempo. Si un hermano se enoja con su esposa, verá que no podrá orar apropiadamente por varios días. Si hemos de llevar una vida de oración, debemos aprender a no ser malhumorados y a no enojarnos con los demás. Por la gracia del Señor, la cual está con nuestro espíritu, debemos ejercer debemos aprender a no ser malhumorados y a no enojarnos con los demás. Por la gracia del Señor, la cual está con nuestro espíritu, debemos ejercer control estricto sobre nuestra parte emotiva.. La ira y la contienda matan nuestra oración. Debemos evitar esto si hemos de orar apropiadamente. La ira pertenece a nuestra parte emotiva, y la contienda a nuestra mente. Para llevar una vida de oración y para orar sin cesar, nuestra mente y nue