Permanecer en mí espíritu

Hace más de cincuenta años pasé mucho tiempo buscando la santidad, una vida victoriosa y la espiritualidad. Compré todo tipo de libros y pasé tiempo leyéndolos y practicando lo que describían. Sin embargo, nada de lo que practiqué fue eficaz. Con el paso de los años el Señor en Su misericordia nos permitió descubrir el secreto de “cómo hacerlo”. Este secreto es permanecer en el espíritu mezclado. 

En aquel tiempo mi mente joven no podía entender cómo yo —un pámpano— podía permanecer en Cristo —la vid— y Él en mí. Sin embargo, después de ver que Cristo como Espíritu vivificante había entrado en mi espíritu para ser un solo espíritu conmigo (1 Co. 6:17), comprendí que el permanecer mutuo de los pámpanos y la vid no ocurre en nuestra mente, parte emotiva o voluntad, sino en nuestro espíritu humano regenerado, en el cual mora el Espíritu divino. Permanecer en el Señor al orar sin cesar significa que tenemos una confianza constante e incesante en el Viviente, quien es un solo espíritu con nosotros. Necesitamos ver esto.  (W. Lee)

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