Orar con sencillez
A veces estamos cargados de muchas preocupaciones. Pero 1 Pedro 5:7 es una palabra alentadora: “Echando toda vuestra ansiedad sobre Él, porque Él se preocupa por vosotros”. Así que podemos orar acerca de nuestras preocupaciones de esta manera: “Oh Señor Jesús, te necesito. Hoy estoy muy ansioso. Necesito Tu ayuda. Señor, echo todas mis ansiedades sobre Ti. No puedo lidiar con todas estas cosas, pero Tú sí puedes. Gracias porque te preocupas por mí”. En otras ocasiones, cuando nos damos cuenta de lo mucho que necesitamos crecer en el Señor, podemos simplemente orar: “Señor, crece más en mí hoy”.
Podemos orar por cualquier cosa. Podemos pedirle algo al Señor, darle gracias o decirle: “Señor Jesús, te amo”. Si no sabemos por dónde empezar, podemos comenzar invocando el nombre del Señor Jesús.
Invocar Su nombre es una forma de orar, y a menudo encontraremos las palabras para hablarle al Señor mientras lo invocamos. A partir de estos ejemplos podemos ver que nuestras oraciones no necesitan ser complicadas o formales.
El Señor está viviendo dentro de nosotros, esperando que nos abramos a Él y hablemos con Él. A medida que avanzamos en nuestra vida cristiana, podemos tener cientos de miles de conversaciones con el Señor Jesús sobre cualquier cosa y todas las cosas. Puede que Él no responda a nuestras peticiones de inmediato o de la manera que esperamos, pero Él se preocupa por cada detalle de nuestras vidas. Él siempre está listo para escuchar lo que esté en nuestro corazón, y podemos disfrutar de una dulce comunión con Él mientras hablamos con Él.