José y el propósito de Dios
José también sustentó a sus hermanos y los consoló (Gn. 50:15-21). Los hermanos de José no podían olvidar lo que le habían hecho, y temían que después de la muerte de su padre, José procurara vengarse. José lloró cuando oyó la petición de sus hermanos, pues él no tenía ninguna intención de hacerles mal. Por el contrario, él dijo: “No temáis; ¿acaso estoy yo en lugar de Dios? Aunque vosotros os propusisteis hacerme mal, Dios lo propuso para bien, a fin de hacer lo que vemos hoy, para conservar con vida a un pueblo numeroso” (50:19-20). José también prometió sustentarlos a ellos y a sus niños. Entonces los consoló y les habló con afecto (50:21). José parecía decir a sus hermanos: “Vuestra intención era mala, pero la intención de Dios era maravillosa. Él deseaba mandarme aquí para salvar muchas vidas. Por favor, no os sintáis mal. Os agradezco por lo que me hicisteis. Ayudasteis a Dios a cumplir Su propósito”.
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Apuntes de publicaciones de Living Stream Ministry.
En la vida de iglesia necesitamos esta clase de espíritu. Aun cuando otros lo ofendan, usted debe considerar que todo lo que le hacen proviene de Dios. Si usted toma las cosas como procedentes de Dios, todas las ofensas se acabarán.
José consoló a los que lo habían ofendido. ¡Cuánta gracia tenía él! Puesto que el agraviado pudo consolar a los ofensores, ellos pudieron disfrutar de una vida placentera en el reino.
Recuerden que José y sus hermanos representan al pueblo que vivirá en el reino. Ellos pudieron disfrutar juntos en el reino a causa del excelente espíritu de José. Pero supongamos que José hubiera tenido el deseo de vengarse de sus hermanos. En ese caso, el reino hubiera sido una imposibilidad.
Las situaciones y el propósito de Dios
Si nos damos cuenta de que estamos aquí para el propósito del Señor, para el recobro del Señor, entonces sabremos que todo lo que nos sucede tiene por finalidad el propósito de Dios [Ro. 8:28]
José amaba a Dios; por tanto, todo lo que le sucedía era para bien. Si uno no está dispuesto a perdonar a los que lo ofenden, eso indica que está corto de vista. Pero si uno ve la profundidad de lo que Dios ha hecho, nunca buscará venganza. Por el contrario, siempre estará dispuesto a perdonar a los que lo ofenden. Usted dirá: “¡Alabado sea el Señor! Todo lo que me ha sucedido fue para bien, y no sólo para mí, sino para el pueblo de Dios. Todo lo que me sucede resulta en bien para el reino de Dios”. (Estudio-vida de Génesis, pág. 1557,1575-1576, 1573-1574)