Negar el yo y la oración
Orar significa comprender que no somos nada y que no podemos hacer nada, o sea, que la oración equivale a negar nuestro yo de manera práctica. Por lo tanto, orar es negarnos a nosotros mismos, sabiendo que no somos nada y que no podemos hacer nada. Además, en la práctica, orar equivale a declarar: “Ya no vivo yo, sino Cristo”.