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Mostrando entradas de febrero, 2025

La humildad que produce Dios

Dios puede usar las situaciones para tratar con nosotros y ayudarnos a ser humildes. Por ejemplo, es posible que un hermano sea humillado como resultado de haber perdido su empleo. Un estudiante puede ser humillado al recibir notas muy por debajo de lo esperado. También en nuestra vida familiar podemos tener la experiencia de ser humillados. Si cierto hermano o hermana tiene hijos brillantes, es posible que se vuelva orgulloso. Pero si sus hijos les causan problemas o dificultades, esto los hará humildes. Asimismo, si el padre de un hermano joven ocupa un cargo muy importante en su trabajo, es posible que este hermano joven se vuelva orgulloso... Pero supongamos que en vez de ello su padre hiciera trabajos de limpieza y tuviera un nivel educativo muy bajo. Esto podría hacer humilde a este hermano joven.  Por nosotros mismos no podemos humillarnos; en vez de ello, necesitamos que Dios nos haga humildes [v. 6]. No obstante, que Dios nos humille requiere que cooperemos con Su o...

Amar genuinamente

Nosotros disfrutamos la naturaleza divina de este Dios amoroso. Esta es la razón por la que Juan nos dice en su primera Epístola que si amamos a nuestro hermano, quiere decir que hemos nacido de Dios, porque Dios es amor (1 Jn 4:7-8).  Cuando usted ama a otros genuinamente usted está disfrutando la naturaleza divina. Uno que no tiene a Dios o que no participa de la naturaleza divina de Dios, Verdaderamente no ama. No piense que la gente ama. Ellos son solamente cultos y se han entrenado para ser educados. Su bondad y amor es una especie de política. El amor genuino es el resultado del disfrute de la naturaleza divina.  Tal vez un supervisor o un jefe le diga algo a un empleado, de una manera afectuosa. A menos que lo que haya dicho sea un disfrute de la naturaleza divina, él está en realidad siendo político. Cuando llegue el momento de despedir al empleado, él no tendrá ningún problema. Solamente los que participan de la naturaleza divina aman a la gente de una mane...