Descansar en el Señor
Tomar el yugo del Señor consiste en aceptar la voluntad del Padre. No consiste en ser regulados ni controlados por alguna obligación de la ley o la religión, ni tampoco en ser esclavizados por alguna obra; sino en ser constreñidos por la voluntad del Padre.
El Señor llevó tal vida, ocupándose únicamente por la voluntad de Su Padre (Jn. 4:34; 5:30; 6:38). Él se sometió plenamente a la voluntad del Padre (Mt. 26:39, 42). Por lo tanto, nos pide que aprendamos de Él. La voluntad de Dios es nuestro yugo. Tal yugo es fácil, no gravoso, y tal carga es ligera, no pesada.
Si en lugar de resistirnos nos sometemos a la voluntad del Padre, dando testimonio de que en toda oposición o situación esta detrás Él, tendremos descanso en nuestras almas. Ser manso significa no resistirse a la oposición, y ser humilde significa no tener amor propio. El descanso de parte del Señor es para nuestras almas; es un descanso interior y no algo meramente físico o exterior en naturaleza.