Injertados en Cristo

En el reino vegetal una rama que no produce fruto puede ser cortada del árbol e injertada en un árbol más saludable y productivo. Este procedimiento, conocido como el injerto, es un buen ejemplo de la unión entre Dios y nosotros. Un ejemplo de nuestra relación con Cristo es el de injertar una rama de un olivo silvestre en un olivo cultivado. Cristo es el olivo cultivado, y nosotros somos las ramas del olivo silvestre. Romanos 11 [afirma]: “Tú, siendo olivo silvestre, has sido injertado ... y viniste a ser copartícipe de la raíz de la grosura del olivo .. Tú fuiste cortado del que por naturaleza es olivo silvestre, y contra naturaleza fuiste injertado en el olivo cultivado” (vs.17, 24). Nosotros éramos esas ramas deficientes, inferiores y silvestres, que fueron injertadas en el olivo cultivado y superior, y ahora estamos disfrutando de los ricos nutrientes de la raíz. Nosotros somos cortados del olivo silvestre, y luego puestos en el olivo cultivado en el punto donde se hizo la incisión...