El vino nuevo que alegra

Hace varios años, cuando vivía en Taipéi, Taiwán, un buen número de hermanos y hermanas vinieron y se alojaron con nosotros para recibir alguna ayuda espiritual. Una hermana entre ellos siempre murmuraba y se quejaba. Cuando se bañaba, el agua no estaba lo suficiente caliente; cuando comía, el alimento estaba demasiado frío. Todo el día, decía: “¿Por qué esto?” y “¿Por qué aquello?” ...Nadie estaba contento con ella, sencillamente porque no había aprendido a sacrificarse. Nunca había aprendido a aplicar en su situación al Cristo que se sacrifica. Ella misma no era una persona contenta, ni hacía que nadie más a su alrededor estuviese contento. Carecía de vino. No tenía ninguna experiencia de Cristo como productor de vino, como el que se sacrificó para producir el vino para otros y para Dios. La vid representa a Cristo como Aquel que se sacrificó a Sí mismo al ser “exprimido” en la cruz para producir el vino nuevo que alegra a Dios y a los hombres (Mt. 9:17, Jue. 9:12) A veces, bajo la s...